Muy muypocas películas gringo-mexicanas tienen la fortuna de al menos exhibirse en el cine. No porque sean chafas, no, ¡sino porque son chafísimas! o porque agreden la moralina (Ejem. Perdita Durango). En este caso les presento a J-ok’El, la clara prueba de que en esta ocasión se andan sacando churros de donde sea.
Km. 31 abrió las puertas al terror hecho en México. Claro, Km. 31 no es la gran película, tiene una buena producción, pero de lamentable historia y actuaciones. En J-ok’El ocurre lo contrario, tiene una historia… de la que se podría sacar más provecho y actuaciones… 2-3, pero una producción bien chafa, y eso que tuvo participación estadounidense.
J-ok’el relata la historia de George Christensen (Tom Parker),un estadounidense que viaja a San Cristobal de las Casas para ver qué pasó con la desaparición de su hermana. Al interactuar ahí se da cuenta de que hay una gran serie de desapriciones a cargo de un espíritu que se la pasa chillando en las noches por sus hijos… ¡así es! se encuentra con J-ok’El, que en tzotzil significa… efectivamente: “La Llorona”.