Hace poco tiempo me comenzó a surgir la duda de la muerte. No, nada de necrofilias, simplemente comencé a tener cierta curiosidad sobre si algún día podré saber todo acerca de mi muerte, la fecha, la forma, el lugar, las circunstancias y sobre todo… ¿cómo me recordarían las personas?.
Siguiendo esa misma posición acostumbraba a platicar con Jazmín sobre mis planes a futuro en caso de que muriera joven. Suponiendo esto, que si muero a los 27, tendría qué hacer muchísimas cosas para convertirme en una leyenda, como los del club del 27 (los aficionados a la música sabrán de quiénes hablo). Si no moría a los 27 entonces comenzaría con la idea de formar una familia y casarme máximo a los 30 años.