No sé, no sé. Ya son los últimos días del año y me puse de un humor… rico. Alegre. No estoy con mi familia o mis amigos (están al otro lado del mundo) pero creo que no hay nada malo en estar por acá. Me siento a gusto y hasta con ganas de cantar. Lo raro aquí es que cada vez que quiero cantar, últimamente me dan ganas de hacerlo con una canción: Fly me to the Moon.

La versión de Frank Sinatra es la que me gusta más porque me hace imaginar que estoy en algún apartamento en Nueva York, en un edificio con vista al Central Park. Entro al apartamento prendo la “rocola” y en las primeras notas doy unos pequeños toques al sombrero negro que me quito de la cabeza. Tomo mi abrigo de las solapas al mismo tiempo que entono la frase que abre la canción…

“Fly me to the moon… ”
Toco un interruptor en la pared y las luces del lugar se prenden tenuemente revelando un apartamento minimalista, que conserva tonos grises y negros, en un juego sencillo de combinaciones jazzísticas.
“let me play among the stars…”
Avanzo lentamente marcando el paso envuelto en un traje oscuro. Negro. Una camisa azul marino se muestra en el interior del saco negro al quitarse el abrigo que tiene todavía un poco de nieve.
“let me see what spring is like on…”
Cuelgo el abrigo y doy unas palmadas al ritmo de la canción. Me quito los guantes negros de piel que cubrían mis manos y los doblo para dejarlo junto al saco.
“Jupiter and Mars…”
Me acerco a la sala de estar y prendo la chimenea electrónica al tocar otro interruptor junto a la pared. No dejo de caminar y atinar mis pasos al mismo compás de la canción. El calor de la música ya me había puesto en el tono necesario.
“In other words, hold my hand…”
Regreso al lugar del abrigo y comienzo a desabotonar mi saco. Botón a botón doy pequeños golpes con los nudillos en las solapas para mantener el ambiente que crea la canción en mi interior.
“In other words, baby kiss me…”
El saco es de solapa recta, sencilla de dos botones. Se abre sin problemas y al hacerlo se distingue inmediatamente un chaleco del mismo color que se mantenía sobre la camisa azul marino y la corbata negra. Cuelgo el saco junto al abrigo.
“Fill my heart with song…”
El chaleco se va de la misma manera y rapidez que el saco, pero éste no lo cuelgo, lo llevo en la mano derecha, colgando de mi dedo índice .
“Let me sing for evermore…”
La camisa, aunque azul marina, tiene un cuello italiano con puntas marcadas y se siente más despegada y libre de movimiento al no tener el chaleco encima. Se siente bien.
“You are all I long for…”
Dejo el chaleco en el respaldo del sillón de dos plazas y piel negra. Se ve y siente cálido aunque el invierno afuera sopla con un viento frío. Desabotono las mangas de la camisa y las recorro hacia atrás. Justo arriba del codo. Lo suficiente para mover los brazos con ligereza.
“All I worship and adore…”
Miro a través del ventanal que está hacia Central Park y se ve un juego de luces alrededor del Parque. Los edificios adornan como una constelación alrededor del monstruo verde en el centro.
“In other words, please be true…”
Me acerco al balcón. Lo abro por un momento para salir. Aunque está muy alto mi piso, el viento no pega tan fuerte como para obligarme a regresar. Lleno mis pulmones con ese aire fresco y suelto un grito fuerte al mundo exclamando la siguiente línea en la canción…
“In other words, I love you!”
Comienza el puente instrumental en la canción y yo me quedo ahí, mirando hacia la noche, hacia el mundo que se encuentra frente a mí. Un calor profundo me comienza a rodear desde la espalda y el frío de la noche decembrina me pega en la cara. Estoy bien. Estoy en equilibrio en la cima del mundo. Miro hacia arriba y está el siguiente destino iluminando como un gran foco que descubre el color de las cosas en la noche. Ahí está. Esta noche hacia allá voy…

“Fly me to the moon”